El lago más grande de Italia se reparte entre las regiones de Lombardía, Véneto y Trentino, al norte de Italia. Por su microclima, su naturaleza y gastronomía, este selecto destino de vacaciones sigue atrayendo a los viajeros como antaño lo hizo con la aristocracia europea, siendo el refugio secreto de muchas celebridades. De hecho, la diva de la ópera Maria Callas tenía una mansión en la bella localidad de Sirmione, y otras personalidades como el político Winston Churchill, el escritor André Gide, el actor sir Laurence Olivier o la actriz Vivien Leigh pasaron largas temporadas en este remanso de paz cerca de Milán.
Viajar al Lago de Garda
Viajar al Lago de Garda en cualquier estación del año es siempre una experiencia gratificante para los cinco sentidos, no en vano ya en su época era un lugar muy apreciado por los romanos. Pero hacerlo en plena primavera resulta especialmente embriagador para el olfato, pues los efluvios florales de su generosa naturaleza perfuman la atmósfera haciendo más agradable el descubrimiento de sus coquetos pueblos y las excursiones en barco surcando sus plácidas aguas. Su benigno y suave microclima, al resguardo del intenso frío alpino y de los vientos del norte, ha propiciado una frondosa vegetación de palmeras, cipreses y laureles rosa, donde no faltan olivos, vides ni limoneros. De hecho se lo cataloga como el “Jardín de Europa” por su diversidad botánica, llegando a albergar centenares de especies autóctonas.Rutas de senderismo familiares
No
extraña que desde la Antigüedad escritores como Virgilio, Plinio o
Catulo se inspiraran en un paraíso como este. En el siglo I a.C., el
poeta romano Valerio Catulo residió largas temporadas en la villa
que su familia poseía en la península de Sirmione, en la ribera
meridional del Garda, cantando la belleza del lago en versos como
este: “Oh Sirmio mía, mi amada… con qué gozo y alegría vuelvo
a verte”. Más cercanos en el tiempo, otros poetas como Gabriele
D’Annunzio (1863-1938) y J.W. von Goethe (1749-1832) también
glosaron sus atractivos mediterráneos. Este último, visitante
habitual de Limone sul Garda, escribió: “¿Conoces el país donde
florecen los limones?”, refiriéndose al encanto del lugar, que
goza del clima más templado y saludable del lago.
Servicios para el senderista
Situado
entre montañas de origen glaciar, el Lago de Garda es uno de los
mayores de Europa, con sus cincuenta y dos kilómetros de largo y
diecisiete de ancho. Sus antiguos pueblos de pescadores se
convirtieron con el paso del tiempo en auténticos imanes para
hombres de Estado como Winston Churchill o artistas de la talla de la
soprano Maria Callas; un lugar energético donde recargar las
baterías en todos los sentidos, incluido el apartado gastronómico.
Además de los pescados del lago (trucha, anguila, lucio y una
especie denominada “pescado del Golfo Pérsico”, similar a la
perca), destacan sus exquisitos aceites de oliva virgen extra y sus
no menos excelentes vinos, como los de la D.O.C.G. Franciacorta, las
zonas de Valpolicella y Bardolino o el Garda clásico.
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